La llegada de tu hijx al mundo es un momento de los más felices de tu vida. Para María (Estefanía de los Santos) y Jesús (David Pareja) la llegada de su hijx les ha traído, a parte de dicha felicidad, discusiones interminables entre ellxs dos. Discuten por todo, se cuestionan todo, se ridiculizan en todo. Al mudarse al piso de la abuela fallecida de él, deciden comprar una mesita de comedor para, así, redecorar sus nuevas vidas. Una mesita de comedor irrompible, inquebrantable, que lxs llevará a las infinitas probabilidades infernales que tiene aquello cotidiano.
Una cotidianidad que se ve alterada por la brutalidad de los actos desafortunados y que Jesús (David Pareja) lleva al extremo tirando de la sinrazón para ganar una batalla absurda dentro de la pareja. Batalla que luego, cenando con su hermano y su joven cuñada, tendrá que apaciguar, llevar todo a una tensa y desesperada normalidad aparente. Pero sólo en apariencia.
Caye Casas lleva al espectadorx en una montaña rusa de sentimientos y emociones donde lo cotidiano se vuelve gracioso y ridículo pero, en un instante, se cubre de un manto sombrío, oscuro, desgarrador. Y el director y su equipo lo hace desde las mil posibilidades que tiene lo cotidiano. Una cotidianidad que se puede siempre ver alterada por cualquier mínima decisión como, por ejemplo, la compra de una mesita de comedor.

