’BOUND’ O CÓMO IR MÁS ALLÁ DE LA HERIDA

Corky (Gina Gershon) ha salido de la cárcel y ha encontrado un trabajo de manitas remodelando un piso en Chicago. Aunque no le da para mucho, es un nuevo comienzo. Al lado del piso que remodela Corky, vive Violet (Jennifer Tilly), la mujer de Caesar (Joe Pantoliano) el cual blanquea dinero para la mafia. A partir de un encuentro en el ascensor del edificio, Corky y Violet se cruzan miradas. Unas miradas que harán que sus vidas se entrelacen en un vértice hacia la libertad económica, la libertad del ser y la cura de sus heridas cuando planeen robarle los dos millones de dólares que Caesar tiene en casa propiedad de la mafia. Unas heridas que no pretenden librarse de ellas sino convivir junto a éstas. Una huida hacia delante de dos amantes, dos mujeres y dos millones de dólares. ‘Bound’: una herida a través de la cual las dos protagonistas se libran y se liberan.

Una libertad que, enfundadas en cuero, engaños, pistolas y un mundo -el de la mafia- hipermasculinizado, pretenden superar culpando a Caesar de la desaparición del dinero. Y, para volcar la culpa, no dudan en utilizar sus armas más potentes en un mundo heteronormativizado y que, en consecuencia, las sexualiza como objeto. Sexualiza a Violet como femme fatale y a Corky como la masculinización de lo femenino que no supone una competencia para los machos alfa mafiosos: ambas son anuladas. Lo que no saben es que dicha anulación es, sin duda, aquello que las empodera.

Lana y Lilly Wachowski realizan un thriller neo-noir donde las protagonistas no juegan a suplir las obediencias de la perspectiva masculina -tanto del espectador como de los mafiosos protagonistas del film- sino que se encaminan en una huida hacia delante por la propia felicidad, tanto individual como conjunta, sin responder a nadie más que a ellas mismas.

‘Bound’ es un Thelma y Louise lesbiano enfundado en cuero, con mucha intriga y, como espectadorx, con ganas de poder huir, también, con ellas en la camioneta roja.

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