’UNICORNS’ O CÓMO AMARSE MÁS ALLÁ DE LA CORPOREIDAD

Aysha (Jason Patel) es una artista drag de origen indio. Para sobrevivir y pagar las facturas, trabaja en una tienda de maquillaje y hace espectáculos inspirados en sus orígenes. Una noche conoce en uno de sus shows a Luke (Ben Hardy), un padre soltero que trabaja como mecánico. La química es instantánea y, en ese mismo instante, Luke se da cuenta que Aysha no es la mujer cis que creía. De dicha colisión, a Aysha -Ashiq cuando no viste de drag- y Luke se le empiezan a desmoronar las construcciones que de ellxs habían elaborado. Es entonces cuando, para buscar una deconstrucción -o construcción- de ellxs, Ashiq, que se ha quedado sin nadie que le lleve a los shows drag, le pide a Luke si puede ser él quien lo lleve, a cambio de una compensación económica. En esas noches, en ese compartir, lxs dos se irán conociendo, se irán deconstruyendo, se plantearan qué pudo haber sido, qué es y lo que no será. Una relación, una descubierta, en la noche, de dos ‘Unicorns’.

Unxs unicornios que parten de su status quo para evolucionar a las arenas movedizas de las identidades líquidas, donde lo corpóreo sólo sirve como un anclaje y no a la correspondencia emocional: los códigos sociales parecen que prevalecen ante la ética individual.

Una ética que, avanzada la relación laboral que mantienen, se ve alterada por un incidente del cual los códigos sociales se afincan y llevan a Ashiq y Luke a lo preestablecido.

Sally El Hosaini y James Krishna Floyd elaboran un relato contemporáneo sobre lo superfluo de la identidad, lo atados que nos mantiene lo corpóreo a unas realidades que no nos pertenecen y cómo nos atraviesan los códigos sociales y de conducta. Y lo hacen oscilando entre el drama y la comedia, hecho que llena la película de verdad.

‘Unicorns’ es todo lo que podríamos haber sido pero, finalmente, no fuimos.

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