’GAZER’ O CÓMO PERCIBIMOS ERRÓNEAMENTE NUESTRO(S) TIEMPO(S)

Discronometría, esa enfermedad que hace que percibas el tiempo fuera de tiempo, que te desencaja los sucesos que te rodean. Frankie (Ariella Mastroianni) la sufre. También sufre desempleo debido a su enfermedad y, desde que su pareja falleció, su hija vive con su suegra. En Newark, donde habita, acude a reuniones de apoyo para personas que han sufrido la pérdida de un familiar por suicido. En la vorágine de su desesperación, acepta un empleo simple que le ofrece una mujer que ha conocido en las reuniones de apoyo a las que asiste. Pero, en últimas, nada es lo que parece y se ve envuelta en unos tiempos, unos sucesos, unas desincronías, que la arrastran a un punto de vista nunca experimentado. Un juego de espejos, de miradas, de perspectivas: ‘Gazer’.

Un juego de perspectivas que se sitúan como capas diferenciadas que no consiguen, para Frankie, juntarse en aquello coherente. Unas capas que se ven desarrolladas por sí mismas y que van moldeando una rutina, eso sí desfigurada, de Frankie. Una rutina que no consigue centrarla pues los sucesos que la acechan la siguen rompiendo y desplazando del centro de la historia en la que está intentando sobrevivir.

Una historia que Ryan J. Sloan y Ariella Mastroianni elaboran a través de un noir a destiempo con venganza que, en últimas, sitúan el duelo y la destrucción que éste supone en nuestras vidas. Aunque la elaboración del relato se puede ver complicada por un montaje que no siempre favorece a los tiempos narrativos, la idea final prevalece en el fondo como pilar: lo rotos que nos quedamos cuando un ser querido se suicida y nozotrxs tenemos que continuar. Incluso si esa continuación es inviable para nuestra propia existencia, el cómo lo hacemos es, en esta precisa mirada, una incisión en dicha herida emocional.

‘Gazer’ es una opera prima sobre los lugares a los que nos puede llevar el duelo.

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