Ricardo ha vivido intensamente. Con sarcasmo, ha afrontado la vida. Una vida que la ve acabada cuando su mujer fallece repentinamente. Arrastrado por esta circunstancia, recae en un estado depresivo y de ansiedad donde la única salida para él es la muerte. Una muerte que la visiona como el reencuentro con su mujer, su prometida, su amada. Antes de partir de este mundo, Ricardo desea ver a sus hijxs. Unxs hijxs con los que se dejó de hablar hace más de veinte años. Unas relaciones que se cortaron hace tiempo y que, en su deseada partida, desea restablecer, para despedirse. Para su último deseo, ‘hágase tu voluntad’. Una voluntad, la de Ricardo, que mostrará las intrincaciones de las relaciones en el entorno familiar.
El último documental de Adrián Silvestre, a través de su historia personal, nos pone en escena unas preguntas importantes que todxs nos hemos planteado alguna vez. La primera es sobre las relaciones parentales y si éstas, en el relato individual y colectivo como familia, son obligatorias, prescindibles o vienen marcadas por otras temáticas que nos atraviesan.
Profundizando en el documental -y, de este modo, en la temática-, también nos vamos planteando el modo en que abordamos nuestros relatos individuales, familiares y, en últimas, qué interactuación hacemos entre ellos. Ejemplo claro lo podemos visionar cuando Ricardo -el padre- cuenta que un día azotó con un cinturón a Adrián y Ricardo -hijo- normalizando la situación e incluso sacándole hierro al asunto cuando, para el otro lado de la historia -los dos hijos- quedaron horrorizados por dicho suceso en aquel momento y el recuerdo muy desagradable que guardan sobre éste en el presente.
En últimas, en ‘hágase tu voluntad’ vemos en la historia personal del director el modo en que las relaciones parentales, el relato individual y familiar y la interactuación que hacemos de ello se reúnen en el poder de decisión dentro del relato de unx mismx que, en últimas, viene marcado por la premisa inicial: la voluntad de morir de Ricardo.
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