Del dicho al hecho, hay un trecho. O quizás una incredulidad. O una teoría absurda de tu padre. Eso es lo que le pasa a Ale (Itsaso Arana) y Alex (Vito Sanz). Atrapados en el eterno retorno: ‘Volveréis’, eso es lo que le contestan sus amigxs a la celebración que quieren llevar a cabo por su separación -después de 15 años juntxs-. Una separación que, ambos en la teorización, ven clara pero que no se muestra tan clarividente en los códigos sociales al exponerla frente a los demás. Unos códigos que castigan, al parecer, la soledad del individuo haciéndola parte como de un castigo pero, por qué no celebrarla? Y por qué no hacer una película sobre ello? Y por qué no hacer una película sobre una pareja que se separa y que, además hace una película sobre esa separación, esa celebración?
‘Volveréis’ de Jonás Trueba emplea todos estos códigos metafílmicos cimentados en los códigos sociales. Y lo hace a través de la ruptura de una pareja que quiere celebrar que lo dejan al finalizar el verano. Una fiesta contradictoria cuando los códigos sociales entorno al amor romántico sólo celebra la unión -en aras de que ésta sea permanente- de la pareja.
Y el director, aunque subraya bastante esta idea a lo largo del metraje, lo hace en clave de humor, con un punto satírico sobre qué podemos celebrar y qué debemos llorar (casi como una imposición).
Lo importante, a nivel discursivo de ‘Volveréis’ es el modo en el que plantea qué es el amor, sobretodo en nuestras sociedades occidentales donde se idealiza como uno de los fines últimos de la hiperindividualidad contemporánea a conseguir y, cuando éste fracasa qué es lo que pudiera suceder.

