’TIMESTALKER’ O CÓMO ATRAVESAR EL TIEMPO EN NOMBRE DEL AMOR ROMÁNTICO (Y LOS MALES DE ÉSTE)

La vida se va haciendo atravesando errores. Lo que no se espera es que estos se repitan en cada reencarnación. Agnes (Alice Lowe) se ve atrapada en ello, en ese error, durante siglos. El error: enamorarse del hombre equivocado que, siempre, la conduce hacia la muerte. Una muerte que le impide, precisamente, alcanzar ese amor romántico. Un amor romántico que, con humor, acaba convirtiéndose él mismo en el objeto de deseo de Agnes, por muchos siglos que pasen, por mucho que intente stalkear a su amado para conseguirlo: ‘Timestalker’.

Y es precisamente el tiempo lo que, en este divertido film, nos hace ver que lo que realmente ambiciona y emprisiona a nuestra protagonista -amada y querida- es el amor romántico. Un amor que se construye en la posesión, en la unidad partiendo de que unx individux es sólo la mitad de algo. Ese algo que el amor pretende cubrir pero que, a lo largo de los siglos, vemos que no es capaz: vemos lo erróneo del concepto y las consecuencias que nos arroja.

Alice Lowe, en su segundo largometraje, escribe y dirige una película divertida, fresca y de tonos pastel donde plantea, a partir del concepto de amor romántico, las consecuencias de éste -por muchos siglos que pasen, seguimos ahí, estancadxs-.

Consecuencias que pasan por el enfrentamiento entre expectativas y realidad; lo que tendría que ser el amor, el quererse con lo que realmente es. O el planteamiento de si las relaciones amorosas románticas son paralelas a las relaciones de poder. O la codependencia que presupone el amor romántico de un individux para con otro con el fin de completarse. És más: la directora plantea cuál es el fin del amor (si es que tiene algún fin).

‘Timestalker’ es recorrer los códigos sociales románticos en la Escocia de 1680, la Inglaterra rural de 1790, el Manhattan de los años 1980 y el año 2117 de una manera divertida y original para brindar un poco de luz sobre estas cuestiones.

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