La angustia del futuro, de la vida adulta. Y la inconsciencia del presente, de la adolescencia. Tres amigos, después de bañarse en una presa contaminada, descubren que pueden viajar veinte años adelante. ¿Cómo? Con un simple estornudo. Un estornudo que les sitúa en un futuro incómodo, adrenalínico y donde todo aquello que esperaban se ha desvanecido. Un futuro que, desde el presente, no consiguen cambiar, generándoles una exasperación entre lo esperado y lo que les espera. ‘Escape from the 21st century’ no es fácil y, ni mucho menos, escapar de la vida adulta.
Una vida adulta que, desde la adolescencia, les aterroriza por sus implicaciones y por sus obligaciones, por sus situaciones y sus imposibilidades. Unas imposibilidades rotas en ese estornudo, en esas dos décadas que han avanzado. Un avance que hace retroceder en su adolescencia y ver lo efímero del tiempo. Un tiempo que, aunque muy adrenalínico durante todo el metraje, responde a la incapacidad actual de vivir el presente que es guiado por la angustia del mañana.
Li Yang realiza un film sin frenos, con imágenes potentes que mezclan animación con la vida real, sobre la angustia que provoca el futuro, sobretodo entre los adolescentes. Unxs adolescentes que se nutren de referencias de los años noventa y los dos mil y que se pierden en eso que llamamos adultez. Una adultez que, sin importar el bando, se hurgue como el ataúd donde descansa la emoción de nuestras ilusiones.
‘Escape from the 21st century’ es la condena en un futuro angustiante y el recordatorio de la vivencia del momento presente.

