Un ritual bárbaro, en todo su esplendor, desde todos los ángulos. La conjunción de lo sacro y lo profano entre tierra y sangre, bestialidad y racionalidad. Unas ‘Tardes de soledad’ en el ruedo, con unos códigos marcados, unas posiciones espaciales y unos ritmos definidos. Un seguimiento de un torero (Andres Roca) para ver en qué consiste dicho ritual, qué conlleva para lxs implicadxs, qué exige el público que se entrega a éste y qué conductas relacionales y de poder se desarrollan.
La última película de Albert Serra es un desgranamiento de los procesos rituales colectivos como actos festivos donde se confirma la comunidad como ente, su efervescencia y también su propia muerte. Para dichos rituales es necesario una víctima, un verdugo, un lugar sacralizado para llevarlo acabo, unos códigos de aceptación sociales y unos mecanismos que correspondan con el fin a alcanzar pero también con el propio modo de hacer.
Es ahí, en este último punto, donde ‘Tardes de soledad’ adquiere su relevancia: en la capacidad etnográfica de mostraros las partes del ritual y la manera en que éste se lleva a cabo con ciertos elementos necesarios para que se cumpla. Y lo hace sin mostrarnos todo, sin sentirlo todo: la omisión de mostrarnos al público, pero sí apabullarnos con sus silbidos de aceptación o rechazo; mostrarnos al toro detallado, que es el elemento sacrificial para satisfacer los códigos y mecanismo del ritual del elemento colectivo que se da en el ruedo; las conversaciones entre la cuadrilla mostrándonos el punto de vista íntimo e individual en contraste con lo que requiere el propio ritual -una visión pública y colectiva- o el momento de ataviarse en el traje de luces como momento de partida sin vuelta atrás, ese preciso momento iniciático.
Cierto que el tema escogido por Albert Serra es controversial, requiere un esfuerzo visual y de aguante por parte del espectadorx y la brutalidad que nos muestra es muy desgarradora pero si miramos más allá -en un primer visionado cuesta muchísimo- veremos el modo en que lo ritualizado se elabora en un sentido social, espacial y colectivo.

