’ESMORZA AMB MI’ O CÓMO LO ERRÁTICO NOS MUESTRA LO QUE BUSCAMOS

El amor mueve el mundo pero el desamor también. Un desamor que ya Pier Paolo Pasolini intentó mostrar construyendo aquello que se entiende por amor en ‘Comizi d’amore’, a modo de investigación etnográfica, para mostrar precisamente el contrario. Esto es lo que le mueve a Natàlia (Anna Alarcón): el deseo de mostrar el contrario al amor; el acto de desamor como motor circulatorio social. Y lo quiere mostrar a través de un documental que lleva cinco años grabando. Mientras, trabaja en un bar para tirar adelante con su hijo. Una noche, tiene un accidente de tráfico. Accidente que la lleva a reencontrarse con Salva (Ivan Massagué), una antigua amistad que ha dejado su vida de drogas y delincuencia y, ahora, trabaja como fisioterapeuta en el hospital donde está ingresada. Una amistad, la de Salva, que vive con su novia Carlota (Marina Salas), una chica que cayó en el infierno de las drogas y que, ahora recuperada, sueña con dejar la ciudad para ir al campo a vivir con él. Mientras, Omar (Álvaro Cervantes), un examante de Natàlia y Carlota, es un músico que vive de un éxito publicitario pasado y que intenta sobrevivir en una ciudad que lo engulle cada vez más, recordándole su fuera de tiempo. Unos tiempos que los cuatro personajes intentan atravesar desde sus heridas. Unas heridas que les impiden pasar la noche y, por ende, ‘esmorzar amb mi’.

Iván Morales adapta, en esta ópera prima, la obra teatral dirigida también por él, centrándose en un mismo tiempo con cuatro perspectivas diferentes. Unas perspectivas que muestran las heridas que crea el amor y el modo en que cuatro personas errantes circulan en un ambiente donde el desamor -más bien, la imposibilidad de crear vínculos y las propias expectativas- les llevan a un cruce sin entendimiento de sus actos y sus pensamientos. Unos actos y pensamientos que, en este cruce de personas en el tiempo, los llevan a una desestructuralización propia donde lo errático parece guiar sus vidas. Unas vidas de huida, estrictas, de promesas rotas. Unas vidas donde, quizás, han entendido mal el concepto de amor. Si es que dicho concepto existe.

‘Esmorza amb mi’ es un recordatorio de aquello que huimos y de aquello que buscamos sin encontrarlo.

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