’SECRETOS DE UN ESCÁNDALO’ O CÓMO LA IDENTIDAD ES UN ENTE AMBIGUO

Savannah. En un casa junto al río, Gracie (Julianne Moore) y Joe Yoo (Charles Melton), son felices junto a sus hijxs, lxs cuales, en breves, se graduarán y partirán para la universidad, para la vida adulta. Una vida, la de Gracie y Joe, que se ve marcada por este momento y por lo pasado hasta llegar a él. Un pasado que se presenta en la actriz Elizabeth (Natalie Portman) que viene a documentarse para su próximo papel en su próxima película: el papel de Gracie. Un papel marcado por el pasado de la construcción de la pareja y que, con su presencia, éste volverá a asomar. Volverá a vislumbrar la disfuncionalidad de cuando se conocieron, con 36 y 13 años respectivamente, y volverán a reconfigurarse unas identidades nunca del todo claras, nunca del todo precisas, nunca del todo situadas. Elizabeth, en definitiva, se acerca a los ‘secretos de un escándalo’.

Un escándalo que, para la actriz, en esos acercamientos a la familia de Gracie y Joe, siempre intenta navegar entre aquello moralmente vago. Una vaguedad que la lleva por unos caminos inexplicables para ella. Tan inexplicables que se vuelven atrayentes, peligrosos, y que le muestra la verdadera ambigüedad: aquella que suponemos casi como inmutable en nuestra identidad y que, en constante, siempre está cambiando.

Cambia cuando Gracie y Elizabeth pasan tiempo juntas maquillándose frente al espejo o cuando acompañan a Mary (Elizabeth Yu),la hija menor, a comprarse el vestido para la graduación. Pero también pasa cuando los hijos del primer matrimonio de Gracie la detestan y la adoran, o cuando Joe se subordina tanto a Gracie como a Elizabeth.

Todd Haynes navega entre los límites identitarios sobre los pilares sociales -como la familia o el trabajo- pero, sobretodo, pone en cuestión la idea de identidad, afirmándonos que está es altamente fluctuante y que nunca acaba de pertenecernos del todo, precisamente, por los cambios que ésta va experimentando. Cierto que lo hace desde un extremo, partiendo de un hecho muy peliagudo -inspirado en una historia real- pero el uso del pasado como aura de los personajes que pone en escena acrecienta dicho intercambio de máscaras. Un intercambio pincelado con una música excelentemente terrorífica.

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