De niña, un Baku le salvó de la realidad, de las pesadillas y del tormento. Debido a eso, decidió dedicarse a cuidarlos en el santuario que había creado con el fin de salvaguardarlos de aquellos que querían matar a dichas criaturas por ser, simplemente, diferentes. Un día, ya de mayor, Lauren estaba haciendo, en el bosque, el amor con su novio cuando, después del acto, avistan una valla. Valla que deciden saltar encontrándose un cryptounicornio. Cryptounicornio que decide acabar, empujado por el temor, con la vida del novio de Lauren (Lake Bell) haciéndole plantearse si es mejor proteger los cryptoanimales desde el anonimato o dándolos a conocer. La necesidad, o no, de un ‘Cryptozoo’.
Una necesidad que se plantea Lauren (Lake Bell) desde cuatro perspectivas diferentes.
La primera, marcada desde el propio animal en cuanto es, precisamente, un animal. El cryptounicornio al matar al novio despierta el instinto individual de Lauren de tragedia, tristeza, drama y venganza. Esto sabiendo, de un modo más racional, que el miedo ha hecho actuar al cryptounicornio de dicho modo.
La segunda es desde ella misma como persona, haciendo énfasis en las capacidades y limitaciones individuales para realizar un bien racional y común, dejándose en segundo lugar e incluso mintiéndose: no es un zoológico (aunque los animales estén igualmente enjaulados), es un santuario.
La tercera es la función designada socialmente. Es la relación con la ética entre lo que se comprende como un zoo y lo que se entiende como santuario. Aquí es, a modo colectivo, la diferencia y la comprensión —si la hay— entre enjaular a los cryptoanimales para observarlos —lo que se entiende como zoológico— o para preservarlos — lo que se entiende como santuario—.
La cuarta es la función que se le da a dichos cryptoseres. El uso funcional y práctico que se les puede otorgar al servicio del gobierno estadounidense, por eso la captura deseada del Baku, porque, en plena guerra del Viet Nam, un animal para controlar los sueños puede ejercer más control.
Dash Shaw hace, con estas cuatro perspectivas presentes, una reflexión psicodélica sobre el uso de los imaginarios colectivos en forma de animales medio mitológicos, medio inventados. Usando una animación entre el garabato, el stop motion y la acuarela, nos introduce en plena historia imaginada y ligera con un mensaje, aunque bastante soterrado, posiblemente visible.
El ‘Cryptozoo’ es, en definitiva, el símbolo de la necesidad de una actitud critica sana y constructiva.