’ALL THE BEAUTY AND THE BLOODSHED’ O CÓMO DESDE EL DOLOR PODEMOS CREAR BELLEZA

Aquello que se recuerda, aquello que se relata. La conversión de lo privado en aquello público, como la belleza, como el dolor. Un dolor que Nan Goldin a arrastrado toda su vida. Desde que sus padres la mandaran a un orfanato con 14 años hasta las calles de Nueva York, pasando por la adicción a la OxiContin, hasta fundar el movimiento activista P.A.I.N. Un dolor que, relatado a través de su arte en los 70, sus relaciones amorosas, sus amistades como Cookie y Wojnarowicz entre otrxs, consigue manifestarse en los museos. Unos museos, una cultura, financiada por familias poderosas y sin escrúpulos, como la familia Sackler. Un lugar, los museos, capaces de juntar, a la vez, ‘All the beauty and the bloodshed’.

Unos espacios, los museos de NY, donde empieza a relatar su historia Nan Goldin. Una historia que, como ella asegura, hay que distinguir del recuerdo. Porqué el recuerdo y el relato no es lo mismo —aunque, a primer oído, lo parezca—. Un recuerdo a la adicción que relata un infierno —siempre privado, siempre invisible al público— provocado por la comercialización de un opioide por la familia Sackler. Familia que financió, por todo Estados Unidos, exposiciones, salas de museos, obras de arte y universidades con tal de posicionar su nombre.

Un nombre, el de Sackler, que P.A.I.N. se encarga de destruir, de desvincular de la belleza, de los museos, de que paguen por las más de 500.000 muertes que causaron sus medicamentos. Unos medicamentos que arrojan en el Met de NY como símbolo de protesta o unas recetas que esparcen en el Guggenheim como acto performativo. Después de cuatro años de lucha, el apellido Sackler se desvincula de los museos aunque el sistema judicial no consigue adjudicarles las muertes que cargan a sus espaldas.

Laura Poitras realiza, junto a Nan Goldin, un documental sobre la adicción que provocó el OxyContin y la lucha de un grupo de activistas contra la familia que se forró y asesino a más de 500.000 personas. Pero, más profundamente, realiza una visión íntima de la belleza y el dolor de la vida de Nan Goldin para, a partir de ésta, exponer el problema social que es la adicción—y cómo reaccionamos ante ella—, sobre la censura en el arte, sobre lo políticamente correcto y quien fija esos parámetros, sobre la cultura que nos rodea y sobre quién la financia.

‘All the beauty and the bloodshed’ es una visión particular, la de Goldin junto a P.A.I.N, para demostrar que desde nuestro dolor somos capaces de crear cosas bellas.

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