’LA TOUR DE GLACE’ O CÓMO MOSTRAR EL DOBLE EN EL ESPEJO

Años 1970. Jeanne (Clara Pacini) huye del orfanato en el que habita en las montañas. Huida que la lleva a refugiarse en una nave industrial, donde se rueda la película ‘La reina de las nieves’. Poco a poco, se adentra en el rodaje, donde conoce a Cristina (Marion Cotillard), la actriz principal que interpreta a la reina de las nieves. Con el paso del rodaje, dicha relación se vuelve cada vez más intensa, llegando a puntos de ininteligibles de deseo, ambición, poder, sublevación, dominación, oscuridad y luz. Una relación, dada en ‘La tour de glace’ que representa dicho rodaje, que llevará a las dos protagonistas a una fusión del todo, a una confusión de personas, espacio, tiempo y percepciones de la realidad.

Con una dirección de arte que te imbuye en una fusión confusa, ‘La tour de glace’ juega al doble, al espejo. Juega a la mimetización y a la diferenciación en el tiempo, pues Cristina y Jeanne podrían ser la misma persona, siendo entes diferentes en la pantalla. Juego que también realiza con el set de cine y la realidad, donde todo se fusiona pero, a la vez, todo es diferente. Todo se fusiona porque el juego de poder, dominación y sumisión se ejerce con las mismas reglas pero el espacio-tiempo se cambia. Y se cambia para que dichas reglas sigan funcionando, adaptándose a nuevos contextos.

Unos contextos que, en el fondo, vienen permeados por la alienación que sufren los individuxs que los integran. Pues la alienación, cuando se parte de unx mismx -hecho que le sucede a Cristina como actriz y a Jeanne como huérfana-, se fortalece en la propia relación social.

Lucile Hadzihalilovič y Geoff Cox escriben un guión que nos lleva a plantearnos la percepción propia que hacemos de la realidad, mezclando el doble y, a la vez, el espejo. Y lo hacen a través de dos interpretaciones que funcionan como antagónicas y verosímiles, mostrándonos unos contextos que entran, también, en dicho juego.

‘La tour de glace’ es una ensoñación sobre el propio constructo que hacemos de nosotrxs mismxs y de nuestras realidades.

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