En medio del océano. La humanidad necesita tierra. La misma tierra que el mar está engullendo por el aumento del nivel del mar. Aumento debido a la feroz velocidad en la que destruimos el medio que habitamos. Medio habitado, mayormente, por máquinas que nos ayudan a transformarlo y transformación que nos lleva a necesitar esa tierra. Tierra que viene de lejos, en el barco carguero Fair Lady. Un buque a la deriva que parece automatizado por unos hombres sin tierra: una pausa controlada por máquinas. Un ‘Dead Slow Ahead’ inconsciente.
Una pausa que parece haber invadido nuestros espacios fomentando la unión de ellos en un mismo lugar. Un trozo de tierra —más bien de metal— flotando que no distingue más allá de sus mecanismos iniciales y que todo lo que se sale merece ser relegado a un segundo plano. Plano, el segundo, donde se escuchan voces humanas relegadas a la desconexión: a ser células de un organismo muerto y artificialmente creado.
Organismo que deviene en la retina como una imagen de arquitectura brutalista. Por sus formas, por sus tonalidades, por sus acciones, por su personalidad, por su impresión en la retina, por su frialdad, por ser espacios muertos, por ser un no-espacio. Un cuerpo utópico inexistente pero con una fuerza brutal en los seres que lo habitan y que rara vez podemos ver.
Mauro Herce nos lleva a una heterotopía: un lugar que es un no-lugar. Un espacio-tiempo que no avanza, no retrocede, no existe pero se hace presente: un espacio producto de unas lógicas que habitamos todxs en nuestro día a día: un carguero resultado de los mecanismos regulares y discontinuos del capitalismo brutalista actual.
‘Dead slow ahead’ es el poder actual de las máquinas no contra la persona, sino su imperativo como norma en todos los espacios, incluso en aquellos heterotópicos. Es una sucesión de imágenes hacia un precipicio que se llama ‘Fair Lady’. Precipicio al que vamos todxs, hipnotizados con unos sonidos rituales, que acrecientan esa voluntad.
Una película experimental que demuestra que, una vez más, las máquinas han ganado.