Volver a tus raíces, a tu ambiente, a tu singular normalidad. Haber migrado para buscar una vida mejor cuando lo mejor eran tus raíces. Raíces que Wang Bi Cheng (Xiaoyi Liu) espera pisar próximamente, en China, debido al accidente laboral que sufre expandiendo las tierras de Singapur y que, espera, que haga que lo repatríen. Repatriación que se ve truncada cuando, a partir del accidente laboral, desciende en una espiral de insomnio, desapariciones, explotación laboral, videojuegos y efímeros romances. Espiral que Lok (Peter Yu) deberá deshacer. Espiral que llevará a Wang (Xiaoyi Liu) y Lok (Peter Yu) a tierras desconocidas; de nadie. Los llevará a ‘Una tierra imaginada’.
Tierra, la de Singapur, proveniente de países como Malasia, Indonesia o Camboya. Un país que le va ganando terreno al mar a base de construirlo con el sudor, la mano de obra y la tierra de dichos paises. Una nación, Singapur, fundamentada en las diásporas de los países vecinos, de sus tierras y de sus trabajadores. Un país donde, como la tierra que pisan, sólo se ve la superficie, no el fondo marino destruido para que esta exista.
Una existencia, como la de Wang (Xiaoyi Liu) o Lok (Peter Yu) con un sentido indefinido en el tiempo y el espacio que les ha tocado vivir. Un tiempo, el que es, en un espacio inventado: como si de un videojuego se tratara donde la supervivencia es el motor principal para seguir, aunque sólo sea por curiosidad.
Videojuego como al que juega Wang (Xiaoyi Liu) en el Cibercafé por las noches que lo lleva a conocer a Mindy (Yue Guo) la chica que trabaja allí y que lo acompañará en la espiral de insomnio: lo transportará a un tiempo y un espacio desdoblado del mismo que le ha tocado vivir: Un espacio y un tiempo onírico muy real. Quizás demasiado.
Yeo Siew Hua nos lleva, en su segundo largometraje, a cuestionarnos los fundamentos que arraigamos a ‘nuestra’ tierra, nos lleva a las nuevas formas de explotación del ser humano, nos lleva, a través de este magnifico neo-noir, a remover los cimientos que construyen nuestras identidades.
‘A land imagined’ es un desdoblamiento del tiempo que vivimos en el espacio que nos ha tocado. Una prueba de que lo artificial es lo normativo. O no.