Nada muere, todo se transforma. Incluso la mafia. Aquella que provocó un estado de terror y de aislamiento de los ciudadanos para que estos no se vieran implicados en sus asuntos por voluntad propia, la que dominó el Estado penetrando y estableciéndose en posiciones gubernamentales, la que extorsionó a empresarios, familias y personas en su beneficio, la mafia ahora, en la actualidad, se puede reducir muy bien en las figuras de Ciccio Mira y Letizia Battaglia; figuras contrapuestas. Y es que, hoy en día, ‘La mafia ya no es lo que era’.
Figuras públicas escogidas por Franco Maresco para denunciar el 25 aniversario del asesinato de los jueces Falcone y Borsellino a manos de la mafia. Asesinato que, en Sicilia y en Italia entera, desató la evidencia de la estrecha relación entre el gobierno y la organización criminal. Organizaciones, ambas, con la misma estructura y diferenciadas por cuestiones de legalidad.
Cuestiones referenciadas en las fotografías de Letizia Battaglia. Fotografías que remarcan un estado de terror desarrollado por la mafia que dio como resultado el silencio de los ciudadanos —y la pasividad que ello conlleva— y la lucha de dos jueces para detener la cosa nostra. Unas fotografías de horror en un territorio sin ley.
Territorio sin ley donde Ciccio Mira organiza espectáculos. Espectáculos ‘neomelódicos’ con artistas de la contemporaneidad. Una contemporaneidad donde lo más grotesco es lo habitual y donde lo habitual es la omertá para poder seguir tejiendo los lazos mafiosos. Tejido que, actualmente, sólo se puede utilizar para carnaval. Exactamente, el carnaval que produce Ciccio Mira en Palermo para ‘recordar’ los jueces Falcone y Borsellino asesinados por la mafia.
Franco Maresco pone dos puntos sobre les íes: Letizia Battaglia y Cicco Mira. Dos puntos contrapuestos en una historia donde la gente prefiere mirar para otro lado. Lado en el que se sitúa el espectaculo, la ironía, lo grotesco, el morbo.
‘La mafia non è più quella di una volta’ es un documental donde se demuestra, tristemente, que la cultura del espectáculo —si podemos llamarla cultura— ha ganado.