La búsqueda continua de quien se es. Para unx mismx. Mima Kirigoe (Junko Iwao) empieza a ser consciente de dicha búsqueda cuando es apartada, por su mánager, del grupo de pop en el que canta para realizar un papel secundario en una serie televisiva. Serie que la llevará al estrellato más estrepitoso cuando, acosada por un fan, tenga que sortear los limites de su vida privada con su imagen pública: un entrelazado que hará que pierda toda inocencia como ser social. Un ser social inundado en un artificial ‘perfect blue’.
El azul es estabilidad. Es profundidad, lo sagrado, lo inmortal y permanece y el poder. Es tranquilidad, protección, salud y entendimiento. Es Mima Kirigoe (Junko Iwao) en una de las realidades en las que se presenta; la realidad pública, aquella en la que los fans la adoran. Una realidad donde, al llegar a casa, se desvanece por un reflejo en el espejo que no corresponde con dicho azul. Un azul, supuestamente perfecto, que le guiará en unos deseos indeseados. Deseos impuestos que modifican su ser, sus percepciones, sus realidades y su acercamiento a ésta, distorsionando (o no) lo que su esfera pública le trae.
Los estoicos fundamentan su guía vital en la naturaleza rectora como aquello que, ulteriormente, es coherente en sí misma y, en consecuencia, deslumbra nuestras acciones regidas por aquello que nos concierne y aquello que se nos descubre como ajeno. Lo único que nos inunda como seres es la acción humana y esta es, en su mayoría, errónea debido al juicio que realizamos.
El juicio de Mima Kirigoe (Junko Iwao) no sabemos si es erróneo porque sus acciones nos son vislumbradas por su acercamiento a la realidad que ella experiencia. Como espectadorxs, apreciamos su naturaleza rectora coherente siempre y cuando su mente no nos engañe. Al final, la pregunta ‘quien eres’ queda sin respuesta y eso, en sí misma, ya nos dice todo.
Satoshi Kon realiza un anime tradicional en su forma pero no en su contenido. Un contenido donde la implicación del espectador es mayor debido al juego de espejos que realiza durante el metraje. Un metraje frío en su paleta de colores —como el azul— donde la soledad ante un mundo peligroso se descubre ante nosotrxs. Un mundo en el que nada es lo que parece.
‘Perfect Blue’ es plantear la pregunta ‘quien se es’ para averiguar que, sólo cuestionándonosla, avanzamos.