Supersticiones ancestrales. O no. ‘Seire’ son los 21 días después de un nuevo nacimiento en la familia donde hay que tener cuidado con quien se relacionan los genitores del recién nacido, los comportamientos que tienen, quien entra en su casa y no asistir a funerales. Funerales, relaciones y acciones que pueden conllevar la mala suerte para la reciente vida que ha aterrizado en este mundo. Un mundo que se ve alterado cuando Ki Hyeok (Seo Hyun-woo) recibe un mensaje indicando que su ex novia ha fallecido. Un mensaje que hará, en su actual posición de estrenado padre, enfrentarse a su esposa. Una esposa que creerá en las supersticiones, en lo atrayente, en que lo semejante produce lo semejante. Creerá en el ‘Seire’.
Un Seire fundamentado en la magia simpatética como rito ancestral. Un Seire que se verá inundado, en el presente, por los dos principios que rigen dicha magia: la ley de la semejanza —lo semejante produce lo semejante- y la ley de contacto —aquello que se relaciona, que se toca, acaba por asimilarse—.
Una asimilación que Ki Hyeok (Seo Hyun-woo) sufre cuando, en el funeral, se encuentra con la hermana gemela de su ex-novia. Una gemela que le hará reproducir aquello semejante que un día vivió con su ex y que lo inducirá, por el contacto, a unas pesadillas entre su realidad presente y su pasado vivido.
Unas pesadillas que llevarán a su hijo a enfermar sin razón aparente. Llevarán a un distanciamiento con su esposa y a su propio descenso. Un descenso que acabará por transformar su realidad, que conllevará su dubitativa creencia en el Seire.
Park Kang nos muestra, en una historia redonda y misteriosa, cómo seguimos fundamentando nuestras creencias en nuestros tiempos racionalizados. Unos tiempos que se ven contaminados por aquello semejante y con lo que prendemos contacto. Un contacto y una semejanza que parece repetirse en nuestras breves existencias.
‘Seire’ es un film esteticamente racional donde lo sobrenatural nos invade y, también, nos aterroriza.