Las relaciones humanas son una constante histórica. Para bien y para mal. Una necesidad de la persona para sobrevivir y, sobretodo, para llevar su existencia. Una existencia que pasa por el conocimiento de unx, de lxs otrxs, de aquello que nos envuelve. Cuatro cortometrajes que nos ponen frente a diversas identidades y envoltorios para mirar en el espejo que es el mundo actual.
‘Olores’, de Alba Esquinas López, es la muerte como constante, como forma de ganarse la vida. Una aproximación a una infancia donde la guerra jugó con el cómo se gana la vida una, entre el rumor de lxs vecinxs. Un diálogo transtemporal madre-hija fijado en la imagen.

‘Caballo de espuma’, de Juanjo Rueda, es volver al pueblo, volver a revivir aquello bueno y malo, lugares y espacios únicos y propios —como el mirador o la casa familiar—. El dejar ir para desprenderse. Las conexiones familiares como ente permanente.
‘Urban solutions’, de Minze Tummescheit, Luciana Mezato et al. El colonialismo no se ha eliminado, se ha transformado, sofisticado. Tanto a principios del s.XX como en la actualidad. Una sofisticación del colonialismo y la esclavitud que necesitan más los menos necesitados que la gente de a pie. Un juego de dominación instaurado durante siglos que nosotrxs podemos revertir.
‘A human certainty’ de Morgan Quaintance. La ruptura de un amor. El pasear por un cementerio. El después. La playa. Nuestra playa. La que fue nuestra. Un recorrido sensacionalista y espiritista por la muerte y el más allá. El más allá de una relación.
Unas relaciones, que muestran lxs cuatro directorxs, donde el empatizar desde nuestro punto de vista nos sirve como hilo conductor y de cambio.