‘A noi!’ una película de 1922 realizada por Umberto Paradisi para ensalzar el fascismo. Pero una imagen no vale más que mil palabras, ni mil tweets, ni mil supuestas verdades. Como Donald Trump cree al citar a Mussolini en su perfil de Twitter. Mark Cousins lo sabe bien y por eso, a través de la imagen de Paradisi que pretende mostrarnos una realidad concreta, la desenmascara para tener una visión crítica de lo que significó la ‘Marcia su Roma’ y su filmación como hecho político total para la población. Una población altamente indefensa ante la manipulación de un arte, el cine, que estaba empezando a caminar.
Una caminata, la de Napoli hasta Roma, engendrada para ensalzar la figura política de Benito Mussolini. Figura presentada como la salvación pero casi ausente en las imágenes de ‘A noi!’. Una ausencia que explica sólo la representación del fascismo en un ente concreto, con tal de sembrar y que crezca la idea del totalitarismo entre la población.
Una población que veía en la imagen la verdad, la neutralidad del ojo humano que, supuestamente, asignamos a la cámara.
Neutralidad que el director intenta deconstruir y descomponer para ver las partes, aquello que llevó a Paradisi a componerlo de dicho modo.
Un modo que perdura en nuestros días, haciendo del mecanismo discursivo que emplea Paradisi, una vigencia que la extrema derecha sigue empleando actualmente, tanto en sus discursos televisados como en las redes sociales.
Unos discursos que llegan, hoy en día, a invadir, aún, nuestra arquitectura. Como el Cinema Troisi romano reformulado: de edificio brutalista en representación del fascismo italiano a sala de cine resignificada por activistas como espacio crítico abierto a la cultura.
Mark Cousins, junto a Alba Rohrwacher, nos lleva a conocer el pasado para, desde el presente, reformularlo. No eliminando por qué se creó sino llenándolo de un significado diferente, contrario a aquel por el cual se creó. Planteando, a través de esta deconstrucción fílmica de ‘A noi!’, qué debemos hace con los símbolos fascistas que nos rodean, haciendo énfasis en que recordarlos es importante. Y más cuando Trump, Bolsonaro y otrxs fascistas siguen citando a Mussolini.