Dar el paso de vivir juntxs, como pareja. En Madrid, Marta (Katia Borlado) va a dar ese paso. Antes, se va un mes a Asturias, a pasar el Agosto con la familia y sus amigxs. Agosto antes de entregar su tesis doctoral en Madrid. Evasión estival que la llevará a reencontrarse con Pablo (Álvaro Quintana), antiguo novio que, con el cual, tendrá un affaire amoroso. Affaire que trastocará su vida junto a Leo (Antonio Araque), que la visitará por sorpresa en Gijón para asistir a la boda de unxs amigxs. Allí, en tierras asturianas, los sentimientos de Marta se verán perdidos en un océano cual barca a la deriva. Una barca que confrontara olas de sentimientos contrarios, a contra corriente, sin control, que la intentarán derrumbar. Marta toma unas ‘notas sobre el verano’ que nunca olvidará.
Unas notas que la desvían de una vida que pensava que quería pero no se siente segura en ella. Una vida que, al mirar a Leo, no sabe si lo quiere a él o quiere el cómo la quiere. Mientras, la pasión efímera con Pablo, en aquel verano, se ve y se siente más palpable pero no perdurable en el tiempo.
Un tiempo que, conforme va transcurriendo y somos testigos del verano en Gijón de Marta, se ve como un nudo en la garganta, unas mariposas que se ahogan en el estómago y unas razones que ella misma no acaba de entender.
Un entendimiento que acaba por lo que conlleva el ser adulto. Ser adulto como aquella capacidad de decisión sobre lo que nos rodea, sobre nuestras acciones. Acciones que, escogiendo algunas, dejamos por completo de hacer otras. Decisiones que lo cambian todo.
Diego Llorente nos traslada a un verano, a un dilema, lleno de momentos comunes, compartidos, que nos recuerdan que, a veces, estamos como un barco a la deriva en medio del océano. ‘Notas sobre un verano’ contiene unas imágenes llenas de significado para todxs y lugares que seguramente hayamos visitado.
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