«SHOWGIRLS» O CÓMO EL SUEÑO AMERICANO ES SÓLO UN SUEÑO

Ya lo aseguraba Segismundo en su monologo: los sueños, sueños son. Son hechos inalcanzables que nos prestan un aliento a la continuación de nuestras vidas.  Vidas que, dispares de lo deseado, de lo soñado, se construyen en una voluntad conformada por las demás voluntades de los seres. Pero como seres, nosotros también podemos incurrir en esa voluntad y, así, orientar nuestro presente modificando el futuro.

‘Showgirls’ es un sueño. Un sueño hecho realidad que simboliza el ‘American Dream’ como una sombra fantasmagórica. Fantasmagórica en su vertiente buena pero también en la mala. ‘Nomi Malone is Godess’ o, por lo menos, lo es en el espectáculo del que es cabeza de cartel en Las Vegas. Su voluntad para incurrir en el presente y orientar su futuro la ha llevado a esa situación.

Situación que ha llegado sin valorar los medios pero justificando el fin: el sueño americano. Llegar a lo más alto, a la valoración más apreciada por los seres humanos: reconocimiento por una habilidad especial y habilidad especial que se ve, a la vez, valorada por la recompensa económica que supone.

‘Showgirls’ es una obra audiovisual de Paul Verhoeven a alabar: nos muestra el auge y la caída de las personas y, lo más importante, nos muestra que ese auge y caída no depende directamente de nosotros sino de un reconocimiento social prestado por nosotros a otros y que otros nos prestan a nosotros. Es ser un ser social que vive en sociedad, con el juego que comporta.

Lo contradictorio es que la voluntad es aquella capacidad humana para decidir con libertad lo que se desea y lo que no. Es un sueño. Sueño en tanto con dicha capacidad humana decidimos, pero no libremente.

Pasen y vean este recorrido; esta obra audiovisual. Disfruten de este sueño —o pesadilla, según se mire— el cual, cuando se despierten, verán que Segismundo tenia razón: los sueños, sueños son. Y el sueño de Nomi Malone no es una excepción.

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