La necesidad de saber es imperante en el ser humano. De saber sobre lo desconocido. De saber sobre lo más próximo, lo nuestro. Lo nuestro sin el sentido de la propiedad pero sí dentro del sentido de nuestra cotidianidad. Mildred Hayes (Frances McDormand) tiene ese necesidad. Necesidad creada cuando su hija adolescente es violada y asesinada siete meses atrás y aún no hay culpable o culpables, cuando el departamento de policía de Ebbing ha desistido del caso.
Ella, como madre, como mujer, como ciudadana y como persona que necesita saber quién le hizo eso a su hija para cerrar ese circulo, decide poner tres carteles en la carretera de acceso al pueblo. Carteles que ponen en jaque la competencia de la polícia. Ponen en jaque la actitud, poco crítica, de los habitantes de Ebbing. Ponen en jaque la relación de ella, de Mildred, con sus dos hijos y con su ex-marido. Ponen en jaque la relación de Mildred con la iglesia del pueblo. Poner en jaque, para remover conciencias.
Conciencias que, en un mundo que se mueve rápido y que, por consiguiente, olvida rápido, es más necesario que nunca. El estar ahí; presente. Un punto importante para no caer en el olvido. Un punto importante para nuestras historias individuales. Historias que necesitan ser recordadas para ser aprehendidas en nuestro entorno, en nuestra cotidianidad.
Como Dixon (Sam Rockwell). Su historia se presenta, en sus sentimientos, igual que la de Mildred pero motivada por muy diversos factores: su padre murió y vive con una madre que solamente hace que remarcar aquello que debería hacer su hijo sin importar mucho lo que realmente quiera él. Eso le lleva a tener una rabia contenida. Con él y con su entorno.
Pero a veces, sino casi siempre, la rabia es motivadora para avanzar. Es aquello que, dirigida hacia unx mismx y desde unx mismx, hace que sigamos. Este mismo punto es el que comparten Dixon y Mildred: una rabia motivadora hacia un establishment que no corresponde —mejor dicho; responde— a sus historias individuales, a su necesidad de saberes.
Unas palabras, tres carteles, una situación desesperante sin resolver, incomodidades que hacen que un pueblo, Ebbing, salga de su zona de confort. Medios de comunicación fomentando una opinión pública fuera de la verdad, una madre con la necesidad de saber de su hija fallecida, un shérif actuando desde el más allá, un acto, en definitiva, que desfigura las historias individuales para volverlas a situar.