‘FRONTERA VERDE’ Y LOS NUEVOS THRILLERS CHAMÁNICOS

De Bogotá a La Manigua. Allí, en medio del follaje y las lianas, se encuentran cuatro misioneras asesinadas en raras circunstancias. Helena Poveda (Juana del Río) es enviada desde la capital colombiana para averiguar lo sucedido. Sucesos que la llevaran al eterno retorno, a descubrir la selva como ente latente, a descubrir la gente que la habita y a rivalizar con la frontera verde hasta que esté imbuida en ella. Un territorio donde la simbiosis es una arma de doble filo. Un territorio que enfrenta conocimientos. Un territorio de todxs y de nadie, delimitado por fronteras chamánicas y mentales.

Límites. Los más complejos de crear y, a la vez, los más difíciles de extraer, de erradicar. La naturaleza es sabia. Es creadora de límites pero, a la vez, es capaz de desdibujarlos, creando de nuevos, a su propio ritmo. El conocimiento del ser humano aplicado a éste principio es fuente de sabiduría. Sabiduría que, al servicio de La Manigua, es capaz de dibujar un mapa conceptual donde estructura y significado hagan referencia mutua. Referencia que, colisiona con el conocimiento occidental, no por la secuencia de estructura y significado, sino porque dicha estructura y significado debe encajar en cualquier simbiosis. Esto es a lo que se enfrenta Helena Poveda (Juana del Rio) cuando llega a la Manigua desde Bogotá.

Enfrentamiento que la llevara a las personas que habitan, en cuerpo y alma o sólo alma, ese espacio. Espacio movido por diferentes estructuras y significados, como el económico; como fuente de recursos donde la propia simbiosis —aunque parezca contradictorio— no tiene cabida, pues prima más la destrucción, sin límites, que la regeneración.

Regeneración que se lleva a cabo, también, en la espiritualidad aunque desde diferentes estructuras y, por ende, diferentes significados. Reinaldo Bueno (Nelson Camayo) y Ushe (Angela Cano) saben las diferencias de dichos significados y estructuras, pues son dos personajes que se sitúan en medio de ellas. Reinaldo Bueno (Nelson Camayo) es un investigador indígena rechazado por su tribu por ofender a su  linaje tribal. Ushe (Angela Cano) ha estado vagando en la estructura y significado de La manigua y la estructura y significado del catolicismo apostólico romano, pero no al mismo tiempo; no en la misma época. 

Ushe es conexión y frontera, a la vez, entre religión y espiritualidad. Es el reflejo de que estructuras idénticas pueden traer significados diversos y que sólo depende del entendimiento de los límites y del tiempo, del contexto. Contexto que ella refleja, que trae del pasado al presente. Sobretodo cuando el presente nos invoca a errores del pasado subsanados por unos y creados por otros. Como se les presenta a Helena Poveda (Juana del Río), que investiga el asesinato de las misioneras y que el significado y estructura de éstas interfiere con los límites de la madre selva, aportando un conocimiento dogmático.

Conocimiento que no logra entender la eternidad en la tierra pero sí en el cielo. Conocimiento confrontado cuando se encuentran el cuerpo descorazonado de Ushe. Cuando, a través de un chamán, descubren que dicho cuerpo es un cuerpo anciano. Conocimiento confrontado cuando las misioneras de la congregación próxima a la Manigua, dicen haberla conocido muchos años atrás.  

En el fondo, un haz de relaciones que sólo las separa el tiempo. Como un ideal onírico donde la estructura y el significado se reúnen en un lugar concreto atemporal. Un onirismo de alucinaciones visuales que, situadas en el límite del tiempo, se vuelven palpables, verdaderas.

Ushe (Angela Cano) parece ser la única entidad onírica femenina real. Es la manigua, es la selva, es un ente eterno que juega en todos los tiempos, es la conexión entre conocimientos, es la simbiosis, es lo real y lo imaginario, lo que nos salva y lo que nos engulle, nuestro origen y nuestro final, es el eterno retorno, aquello que nos hace ver más allá de nosotrxs, es el secreto que guarda la Manigua y que ya todos sabemos, es aquel ente corpóreo sin límites. Aunque, parece ser que el único límite que nos imponemos es el tiempo.

Fronteras, como la del tiempo, es lo que nos muestran Ciro Guerra, Jacques Toulemonde Vidal y Laura Mora Ortega en este viaje cosmológico al centro de la selva amazónica para descubrir enfrentamientos entre el conocimiento occidental e indígena, entre espiritualidad y religión, y entre estructuras y significados que nos empeñamos en confrontar. Un thriller policiaco que nos llevará a una introspección, al pasado, a visionar el presente, a plantearnos nuestras actuaciones en la mayoría de casos guiadas por el miedo. Una propuesta audiovisual  de  carácter antropológico y de suspense: todo un ejercicio chamánico para el espectadorx.

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