‘VENTAJAS DE VIAJAR EN TREN’ O CÓMO VIAJAR A LA LOCURA DENTRO DE LA LOCURA

Sentada. En un tren hacia Madrid, donde reside. Viene del norte, de ingresar a su marido en un psiquiátrico de por allí. No se sabe exactamente cuál. En frente, alguien que le quiere contar su vida. El doctor psiquiatra Ángel Sanagustín (Ernesto Alteiro), que casualmente trabaja en aquel manicomio del Norte donde ha tenido que ingresar a su marido. Casualidad que, en vez de contarle su vida, hará que le cuente uno de los casos más impresionantes que ha vivido. Ella es Helga Pato (Pilar Castro) disfrutando de una de las ventajas de viajar en tren, como conocer al psiquiatra Sanagustín.

En ese viaje en tren, en una parada del trayecto, el doctor Sanagustín (Ernesto Alteiro) baja a comprar un refrigerio. Le pregunta a Helga (Pilar Castro) si quiere tomar algo también, invitándole ésta por el gesto amable. En esas, el tren arranca dejando en la estación al doctor Sanagustín y la carpeta que lo acompañaba en el tren. 

Helga (Pilar Castro), el doctor Sanagustín (Ernesto Alteiro) y la carpeta roja. Tres elementos. Elementos que conforman el primer acto: exposición o introducción. Introducción a la obra audiovisual que dará pie a confrontarnos con el primer paciente de Sanagustín:  Martín Urales de Úbeda (Luís Tosar), un aspirante a militar que se ve rechazado por el ejercito del aire. Mientras, trabaja de basurero cuando, un día, el camión de la basura le amputa un brazo y, así, descubre el control que el gobierno hace sobre nuestros deshechos, haciendo que guarde estos en casa con tal de evadir dicho control.

Segundo acto: nudo o desarrollo. Desarrollo de una relación amorosa. Amor entre Helga (Pilar Castro) y el Kiosquero (Quim Gutiérrez) del barrio. Surgido del encontronazo de sus perros, sigue una especie de cortejo hasta que comparten su vida. Su vida y las obsesiones de él. Obsesiones que llevan a Helga a sumergirse en ellas, llevándola del amor al odio. Llevándola a ingresarlo en el sanatorio del Norte. Al llegar a casa, lee la carpeta roja del doctor Sanagustín para intentar devolvérsela.

Tercer acto: el final. Finalmente encuentra que las máscaras que nos ponemos son simples disfraces que en nuestro día a día utilizamos. Encuentra a un doctor Sanagustín muy diferente y a un Martín Urales de Úbeda cambiado. Encuentra historias que, como editora, deberían ser contadas. Encuentra que personajes, autores y narradores se han intercambiado dichas máscaras.

Aritz Moreno nos presenta una obra audiovisual dentro de una obra audiovisual dentro de una obra audiovisual dentro de otra. Un relato dentro de un relato dentro de un relato dentro de otro. Un viaje a la locura de la locura de la locura de otro. Un juego sórdido de máscaras de demencia, de sofisticación, de esquizofrenia, de obsesiones, de perversiones, donde no se sabe quien lleva cuál, donde no se sabe qué es verdad. Quizás todo, quizás nada. 

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