‘QUO VADIS, AIDA?’ O CÓMO EXPLICAR EL GENOCIDIO DE SREBRENICA

Hacerse entender y que te entiendan. Antes era profesora. Ahora, Aida Selmanagic (Jasna Djuricic) es traductora para la organización de las Naciones Unidas. Unas traducciones que lleva a cabo en Bosnia, en Srebrenica, en los campos de la O.N.U., entre militares serbios, los paramilitares llamados ‘Los Escorpiones’ y el ejercito de la O.N.U.. Un entendimiento que no llega a ningún puerto. Una zona segura en guerra y una guerra que desplaza a miles de personas. Desplazamientos que, aunque cubiertos en los campos de la O.N.U., se descubren por los militares para cometer sus crímenes. Unos crímenes de los que Aida (Jasna Djuricic) intentará salvar a su familia. Pero al fin, ‘Quo Vadis, Aida?’

Aida (Jasna Djuricic) va de un lado para otro. Unos campos de la O.N.U. reinados por la supervivencia y por la burocracia: dos posiciones contrapuestas que en un estado de guerra se anulan. Se anulan como anulan Srebrenica, ciudad donde Nihad (Izudin Bajrovic) junto con sus dos hijos Hamdija (Boris Lea) y Sejo (Dino Bajrovic) abandonan, cerrando la puerta de su piso en un primer plano, para dirigirse hacia los campos de la O.N.U. donde trabaja su madre, Aida (Jasna Djuricic).

Una dirección que llevará, a últimas instancias, al predominio de la supervivencia y a la justificación de las injusticias por una burocracia que no trasciende en la realidad presente, sino que la manipula a su antojo. Una manipulación que servirá de ventaja para que ‘Los Escorpiones’ y los militares serbios propaguen la guerra que resultará en un genocidio. 

Una masacre donde lo individual y lo colectivo se entremezclan tal que dejan una sensación de incerteza donde sabes qué se avecina. 

Jamila Zbanic hace que nos movamos, entre imágenes confusas, rápidas y tensas, hacia una angustia donde la guerra es el juego entre la supervivencia y la burocracia. Un filme que muestra  las consecuencias de dicho juego y un juego que, desgraciadamente, todxs sabemos su final.

‘Quo vadis, Aida?’ es seguir en el camino aunque el camino acabe mal.

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