Después de la guerra, las consecuencias. Mujeres, niñxs y ancianxs tratando de sobrevivir. En Kosovo, en una pequeña aldea rural, Fahrije (Yllka Gashi) cultiva las colmenas de abejas de su marido para poder hacerlo. Junto a sus hijxs y su suegro, ella es la única que consigue algo de miel para poder vender. Una venta que la lleva a una necesidad más extrema y, por ende, a sacarse el carnet de conducir y hacer ajvar casero para salir de ésta. Unas acciones que harán que se salga del ‘Hive’.
Una colmena marcada por los maridos e hijxs desparecidos en el frente, en la guerra. Una guerra que dejó a las mujeres desamparadas en unas mentes y unos espacios sociales llenos de machismo y patriarcado. Machismo y patriarcado que se ceba en la ambición de Fahrije (Yllka Gashi) en la libertad de movimiento que le da disponer de coche, que se ceba cuando decide vender ajvar en el supermercado y consigue sacar su familia adelante.
Un avanzar que no sólo se ve impedido por el machismo y patriarcado reproducido por los hombres, sino que las mujeres reproducen porque lo han interiorizado tanto que no contemplan otro discurso para incidir en la realidad que las rodea. Una realidad modificada por nadar en contra, por la producción de ajvar, por las acciones de Fahrije (Yllka Gashi) que llevan a las otras mujeres a ver otras posibilidades más allá de la dependencia, quebrada por la guerra, de sus maridos.
Blerta Basholli nos lleva una historia de valor —el que unx tiene por si mismx— como principal factor para ser persona. Un factor que se contagia en un ambiente donde la desesperanza con el arraigo a aquello ‘tradicional’ (aunque sea tóxico) parece la única ancla. Entre silencios, en un frame tradicional, con escenas de la supervivencia cotidiana, Blerta fluctúa para esta magnifica historia basada en hechos reales.
‘Hive’ es una historia de cómo encender una mecha puede significar haber iniciado el cambio.
Cinematismo 