Cumplir los treinta. Trabajar en una librería. Escribir pero que tu novio, algo mayor que tú, no te comprenda, te apacigüe. Sentar la cabeza. Este es el presente de Julie (Renate Reinsve). Un presente que, una noche, en una fiesta, en un mar de dudas, se modificará como el humo de un cigarrillo: vaporeo, que dibuja formas en el aire, que se difumina, se disuelve. Un disolverse en aquello que una quiere y lo que debe mientras lucha por no sentirse ‘la peor persona del mundo’, sin serlo.
Un sentimiento dual que Julie (Renate Reinsve) experimenta cuando, entre copas de vino y cigarrillos consumidos en dicha fiesta, conocerá a Eivind (Herbert Nordrum). Un chico que parece que en dicho instante sea todo y sea nada, sea lo que buscaba y lo que en ella había perdido. Un hallazgo que la llevará a perder a Aksel (Anders Danielsen Lie), su actual novio.
Un novio, Aksel (Anders Danielsen Lie), que se perderá en sí mismo, en sus dibujos, en sus deseos propios, se perderá en el olvido. Olvido fundamentado en el presente de Eivind (Herbert Nordrum) con Julie (Renate Reinsve) y con su búsqueda de una vida similar, con sus objetivos, con sus elecciones hechas a la par, en la misma dirección, de una.
Una unificación que, como todo, no es duradera, no es de la pareja. Es del ente primario del que partimos todxs: nosotrxs en el ahora. Un ahora que, transcurridos cuatro años, llevan a Julie (Renate Reinsve) a una amistad con Aksel (Anders Danielsen Lie), y que Eivind (Herbert Nordrum) se desvanezca, siguiendo, ella, en la librería.
Joachim Trier relata esta historia de amor contemporánea en doce capítulos, un prólogo y un epílogo, de un modo ligero, donde crecer significa escoger sabiendo a lo que se renuncia. Una película que refleja, con mucha maestría, las fluctuaciones de la vida en las cuales encontraremos momentos memorables y con alto significado para nosotrxs, lxs espectadorxs.
‘The worst person in the world’ es elección y lo que dejamos por dicha elección.