El cristianismo invade Europa, invade los valles, invade las aldeas Euskaldunes. Estamos en el siglo VIII. Toda idea contraria a la moral católica y cristiana se desvanece, se liquida. Eneko X (Iñigo Aranburu) recurre a las creencias mitológicas de su pueblo, ayudado por Mari (Itziar Ituño), para derrotar la invasión de su valle. Una recurrencia que lo llevará a la sangre por sangre para pagar el pacto con la diosa mitológica, lo llevará a la muerte para el bien de su comunidad. Una muerte que hará que su hijo Eneko (Eneko Sagardoy) en su huída, junto al río, se encuentro con ‘Irati’. Un encuentro que marcará su vida y el destino de su comunidad frente a los dualismos impuestos autoritariamente.
Un encuentro que, años más tarde y con el reino convertido al cristianismo, hará que, frente a MAri (Itziar Ituño), Eneko (Eneko Sagardoy) juré recuperar el cuerpo de su padre y guiar y liderar a su pueblo. Un liderazgo que se ve interrumpido cuando Belasko (Kepa Errasti), junto con el poder eclesiástico, intentan arrebatarle el reino. Un reinado que necesitará de la ayuda de Irati (Edurne Azkarate), de las fuerzas mitológicas, para devolverle todo su esplendor.
Un esplendor que, para Belasko (Kepa Errasti) se halla en una cueva, y para Eneko (Eneko Sagardoy), en la poderosa naturaleza dominada por Mari (Itziar Ituño).
Una naturaleza que, al contrario que el cristianismo, se presenta en ‘Irati’ como una multiplicidad complementaria de realidades frente al dualismo católico, apostólico y romano. Un dualismo del cual Irati (Edurne Azkarate) representa la antítesis por excelencia. Una excelencia que, a pesar de los hombres ‘cultos’ que viven en el reino, la lleva a la mimetización con la naturaleza de la que ella misma fundamenta.
Una fundamentación que muestra las diosas de la mitología vasca como representación del término medio aristotélico en un régimen de opuestos: la ideología católica.
Paul Urkijo Alijo nos relata, con unas imágenes impresionantes, el modo en que la mitología puede ayudarnos a comprender nuestras realidades. Un cuento mitológico sangriento y cruel que, a día de hoy, tiene bastante que ver con nuestro presente.