‘EMBRACE OF THE SERPENT’ O CÓMO EL TIEMPO JUEGA CON NOSOTRXS.

La magia no existe. Es una ilusión que nos hace entender que, posiblemente, haya otras realidades, aunque no lo creamos realmente. No hace falta ver para creer. Es más productivo sentir. Sentir y luego creer. Los chamanes son la conexión entre lo sentido y lo creído; conexión entre dos universos.

‘Embrace of the serpent’ es un viaje cósmico al amazonas colombiano. Un viaje en el tiempo a través de Karamakate, el último integrante de una tribu con conocimientos sagrados sobre la utilización de la Yakruna, una planta utilizada para curar las almas y de enseñar a soñar.  Con él, un etnobotánico norteamericano a la búsqueda de dicha planta extinta.

La magia es una ciencia para los Chamanes. Algo exacto que produce que seguido de un acontecimiento siga a otro: es causa efecto. James George Frazer asegura lo mismo. La magia simpatética actúa por la ley de la semejanza —lo semejante produce lo semejante— o por la ley de contaminación —lo que alguna vez estuvo en contacto, lo estará siempre, no importe la distancia física—.

La película de Ciro Guerra es un hechizo chamanico con el espectador. Un viaje de Lophophora Williamsii audiovisual que sitúa el pasado, el presente y el futuro en uno. Ese uno que somos nosotros mismos y que no somos capaces, casi nunca, de entender. 

Es un viaje del hombre con el hombre. Una visión distinta de la occidental pero asimilada en nuestro subconsciente como igual. La conexión del universo con nuestro entorno, da igual dicho entorno cómo sea, actúa por semejanza. Lo semejante produce lo semejante.

Patrones. Patrones que se repiten en el pasado, el presente y el futuro. Un pasado sin historia escrita, un presente sin experiencias pasadas y un futuro no reflejado en el presente. El tiempo es un juego. Es una experiencia cíclica: el futuro se sitúa detrás de nosotros, por eso no podemos verlo, y el pasado está delante ya que lo podemos ver.

‘Embrace of the serpent’. Un abrazo cálido y, a la vez, capaz de estrangularte si no te dejas llevar. No hace falta comprender. Sólo aceptar. Aceptar y entender; entender ese mismo abrazo como lo que es; lo que podría ser para cada uno de nosotros.