Historias. Breves. Momentos de la vida mundanos. Todos diferentes y todos marcados por el mismo final: la muerte. Cada segundo mueren 2 personas en el mundo. Estadísticamente. Esto, es lo único que tenemos seguro; la idea de que historias diferentes, las nuestras, tienen, siempre el mismo fin. Eso sí, morir no moriremos hoy, pensamos. Mañana. We will ‘Die Tomorrow’.
Seis historias. Thailandia. De 1981 a 2006. Seis personas en sus circunstancias. Seis personas que saben que la muerte les llegará, pero no mañana. Un amante enloquecido utilizando su amor y su vida para chantajear a su novia. Una mujer enferma cuidada por su marido. Estudiantes universitarias. Una supermodelo. Un anciano y un niño reflexionando sobre qué es para ellos la muerte. Historias.
La muerte es aquella experiencia inexistente, pero presente en todo momento y en cada uno de nosotrxs. Es la única cosa segura en la vida. La única cosa segura que nadie sabe realmente qué es; su significado. Sólo hemos deambulado por ella, sin más.
Durante el imperio romano, la muerte se aprehendía como algo temible, horrendo. Se entendía como aquello que te reunía con los Dioses pero, a la vez, te podía destinar al mundo de las tinieblas, con Plutón, Dios del inframundo. Los romanos creían, entonces, que la única manera de sobrevivir, en lo terrenal, era en el recuerdo de las personas; dejar huella. Ser un ser que habita en el recuerdo.
Actualmente seguimos en lo mismo. En ese pensamiento romano acerca de la muerte. Seguimos ajenos a ella pero teniéndola presente en nuestro día a día. Seguimos pensando que es una experiencia lejana la cual llegará no hoy ni mañana, sino en un futuro lejano. Aún así, lo peor de la muerte es que la desconocemos por completo.
Esto es lo que nos muestra Nawapol Thamrongrattanarit en su pieza audiovisual. Nos muestra, en un género fílmico difuminado entre el documental, lo real y su visión, lo que nos plantea la muerte. Más bien, lo que es la muerte o lo que podemos imaginar que es. Una obra maestra triste pero que, en el fondo tiene algo de alentador, pues, para que haya muerte tiene que haber vida. Ésa es la parte importante: el momento, el instante, la historia, nuestra historia, momentos mundanos, momentos extraordinarios, el aquí, el ahora. La vida.