En una pequeña parcela de nuestro mundo se sitúa un estanque junto a unos verdes prados. Prados y estanque que albergan un sinfín de especies animales que nacen, se alimentan, se reproducen y mueren. Un proceso que observamos a través de unos renacuajos, unos búhos recién nacidos o unos castores. El proceso de la vida, de crecer, de ser consciente de los cambios internos, corporales y ambientales en cada día que pasa: ‘Buenos días, mundo’.
Un mundo, una pequeña parcela de la realidad, la del pequeño estanque, que observamos desde diferentes perspectivas y desde diferentes cuerpos —acuáticos, terrestres, adaptados para volar— en nuestra posición con y para el mundo, y el modo en el que éste nos responde. Una visión subjetiva que puede, en su conjunto, en dicho estanque, darnos una visión global, de este micro —y a la vez macro— mundo.
Una percepción que puede ayudar a pequeñxs a entender —y entenderse— en relación con el ambiente que les rodea y también con el cuerpo que les ocupa en dicho ambiente, como le ocurre al renacuajo que acaba convirtiéndose en salamandra extrañándose de los cambios corporales pero, también, de su paso del medio acuático al medio terrestre.
Anne-Lise Koehler y Éric Serre nos trasladan a grandes y, sobretodo, a pequeñxs, a un microcosmos para mostrarnos con una espectacular y preciosa técnica de stop motion realizada en collage, un mundo dinámico, en constante cambio y adaptación, donde la naturaleza es preciosa y, a la vez, guiada por la supervivencia.
‘Buenos días, mundo’ es una bella explicación audiovisual de la simbiosis entre aquello diferente, diverso, para niñxs y, también, para adultos.