‘LA MEVA MARE ES UNA GORIL·LA’ O CÓMO ESCOGEMOS A NUESTRAS FAMILIAS 

En un pueblo hay un orfanato donde vive Jana desde que ella recuerda. Junto con otros niñxs y sus educadorxs, comparten el orfanato, su hogar. Un hogar que, para las autoridades políticas, necesitan eliminar para así poder construir un parque acuático, éste mucho mas rentable. Lxs educadorxs llegan a un acuerdo con las administraciones públicas: e orfanato se podrá quedar si hay alguna adopción. Es cuando Jana es adoptada por una Gorila: es cuando ‘la meva mare es una goril·la’.

Una gorila que junto a Jana verán las diferencias y los prejuicios como algo que se puede subvertir dando compañía, amor y el compartir momentos como aquello realmente importante. Una importancia que intentarán, desde las autoridades políticas, abolir ya que dichos prejuicios permanecen ante aquello diferente, aquello no normalizado, aquello que no es pasivo, aquello de los márgenes; entre una hija humana y una madre gorila. 

Un tipo de relación, la de Jana con su madre gorila, que muestra y demuestra que no es importante quien se es sino, más bien, quien tenemos a nuestro alrededor. Seas quien seas y te comportes como te comportes, si tu acción se mueve por buenas intenciones donde, en últimas, reside el amor, dicha relación llegará a buen puerto. Igual que en la casa de la Gorila y Jana, en su coche cuando Jana conduce o cuando intentan parar los pies al regidor de urbanismo del ayuntamiento donde residen. 

Linda Hambäck nos trae una historia situada en el presente entre una gorila y una niña huérfana señalándonos que compartir momentos y hacernos compañía es aquello importante en la vida. Concepto que la directora también nos muestra difuminando los espacios en pantalla y perfilando los personajes presentes en ella. Una historia para sobre la construcción de las relaciones familiares desde los prejuicios y cómo revocarlos.

La meva mare és una Goril·la’ es una fábula para niñxs sobre las familias que escogemos.

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